Indolencia

Esta semana me preguntaba qué es lo que hace que en nuestro país sucedan infinidad de eventos que perturban la vida y la gente no se manifieste.
La pregunta surgió debido a las manifestaciones que se han dado en Francia en contra del contrato de primer empleo, alguna vez dije aquí que no era partidario del eurocentrismo y esto sigue siendo así.Sin embargo estas movilizaciones son la prueba de qué en Francia y en muchos otros países del mundo incluidos varios de América Latina se tiene una conciencia de sociedad civil, algo que aquí a mi juicio no existe.
En las últimas 48 horas 2 niños han muerto como consecuencia de atentados a los alimentadores de los buses de transmilenio, estos atentados produjeron también una veintena de heridos.Es claro que como ciudadanos este tipo de actos nos duelen, a tiempo que también es claro que en pocos días no hablaremos más del asunto.Todos sabemos que estos no son los primeros atentados en Bogotá y no serán los últimos.La tesis de que los colombianos nos acostumbarmos a este tipo de violencia parece tomar fuerza día a día.Esta ciudad ha sido sacudida con bombazos desde hace 15 años. Las bombas del narcotráfico se encargaron de llenarnos de miedo, ahora son las Farc las promotoras de estos actos, y si me lo permiten, muchas veces he creido que detrás de ciertos atentados se esconden manos pertenecientes a la élite del país, pues esta es una forma de manipular la opinión en hacia uno u otro lado, de seguir preservando el poder, porque insisto, el terrorismo produce miedo.
Mas la pregunta sigue ahí, qué hace que en Francia se movilizen 7 millones de personas para derogar una ley que afecta a los jovenes menores de 26 años.Qué hace que en Ecuador se movilizen miles de personas contra el TLC. Venezuela sabe lo que son las marchas de millones de personas a favor o en contra de un gobierno.Cómo se explica que las madres de Plaza de Mayo en Buenos Aires todavía congreguen a 200 mil personas o más a 30 años del golpe militar y 22 de la caída de dicha dictadura.Ejemplos existen en el mundo, y es aquí dónde uno se pregunta, porqué masacre tras masacre, secuestro tras suecuestro, atentado tras atentado la reacción no pasa de unos cuantas lágrimas y palabras de angustia.
Hay marchas sí, manifestaciones también, grupos que creen sentirse agredidos las organizan, es así como contra el TLC por dar un ejemplo se hicieron distintas marchas, una de agricultores, otra de artistas,distintos sectores que nunca se uniernon bajo una misma consigna.He visto marchas contra Samper en el proceso 8000, encabezadas por las estudiantes de las universidades Andes y Javeriana, eran unos cientos los que bajaban a la plaza de Bolívar en su hora de almuerzo para protestar contra lo que sin duda fue un acto de cínismo y corrupción.He visto y estado en marchas a favor de los desaparecidos, personas que como característica tenían el ser en su mayoría opositores a los gobiernos de turno.Sin embargo en estas marchas, no participaban los afectados por el secuestro, como si la desaparición forzada y el secuestro no fueran en muchos casos la misma cosa.En este país falta cohesión, esta es una sociedad dividida y es evidente que creemos que esas divisiones son irreconciliables. Pareciera como si cada colombiano, cada sector social creyera que sus males son únicos y que lo que vive su vecino es exclusivo del otro y no de él.
De acuerdo a esta lógica sólo me queda una palabra para calificar esta característica de nuestra sociedad, INDOLENCIA.Y esta se produce porque el país vive en el miedo, en el miedo a la violencia que nos acompaña todos los días, en el miedo que se tiene a perder lo mucho o poco que se posee, en el miedo a que nuestra integridad sea afectada, esta es una sociedad que vive amendentrada,por ello lo más facil es callar y tratar de seguir adelante.
La contraparte indica que mientras más demos la espalda como sociedad a nuestros problemas, más difícil será arreglarlos.Las banderas blancas en los transmilenios no son suficientes,las manifestaciones multitudinarias en contra de cualquier tipo de violencia y malas políticas gubernamentales deberían a mi juicio ser parte de la construcción de nuestro tejido social.